jueves, 1 de diciembre de 2011

¿Porqué?

Aveces me preguntaba porqué, sí, igual que el hombre este que sale mucho en la tele y que entrena a un equipo de fútbol que no le gusta a David. Porqué, ¿porqué ahora no soy yo la única dueña de todas las caricias y mimos de la casa? Porqué, ¿porqué tengo que compartir el cariño de Inma, David, Mariángeles... de todos, con ese pequeño ser, que antes estaba siempre en una especie de cestita, y ahora no para de moverse y no me deja echar la siesta tranquila? Porqué, porqué, ¿qué les ha dado ese pequeño ser? ¿Porqué la miman tanto? ¿Porqué la acarician a ella? ¿Porqué le demuestran un cariño tan inmenso?...
Me lo preguntaba, sí, a cada instante, hasta hace unos días...
No hace mucho, fui con Inma al veterinario, pues me tocaba mi baño y mi revisión de rutina. Inma me dejó allí, pues en el baño se suele ir un ratito, y mientras, me consta que ella y David se fueron a comer algo que a ellos les gusta mucho, y a lo que llaman churros con chocolate, haber si un día me lo dejan probar...
Mientras esperaba mi turno para el baño, vi una cestita parecida a la que Inma tenía para acostar a la pequeña, y me acerqué. En ella, vi a una perrita como yo, algo más pequeña, que con una gran dedicación y un cariño inimaginable, lamía a tres cachorrillos que dormitaban a su lado.
-Hola le dije-. ¿Son tuyos?
-Sí, los tuve anoche. ¿Tú nunca has tenido?
-No sabía ni que se podían tener perritos...
-Entonces es que algún humano lo ha impedido. Mi hermana, que vive en un campo muy grande, tampoco puede, porque su amo no quiere tener más perros allí, y no sé que le hizo, pero nunca ha tenido hijitos.
-¿Tú donde vives?
-Yo en un piso, cerca de aquí, con dos personas muy buenas, me quieren mucho, y nunca me ha faltado de nada. ¿y tú?
-Yo vivo algo retirada, tanto, que para venir aquí, Inma me ha montado en un aparato grandísimo que se mueve y te lleva donde quieres, y en el que se sube mucha gente. Creo que se llama autobús.
-¡Qué suerte! A mí nunca me han dejado subir a uno!
-Yo subo todos los días, acompaño a Inma a su trabajo, voy a su lado por las calles, y evito que se choque con multitud de cosas, porque aveces lleva un despiste...
-¡Qué vida tan divertida! Yo solo salgo cuando tengo que hacer pipí, y poco más, aveces juego en el parque un rato..., pero casi siempre encerrada en casa. Pero, noto algo triste en tu mirada.
-Sí, es que desde hace un tiempo, Inma y David no son los que eran conmigo. Antes, yo ocupaba un lugar fundamental en casa, tenían siempre una chuche para mí, siempre una palabra bonita, una caricia, pero desde que llegó la pequeña...
-¿Una perra pequeña?
-No, una persona pequeña...
-¡Eso es maravilloso amiga! Tus amos han tenido un hijo, al igual que yo acabo de tener a mis perritos. Mira, los tuve anoche, y ahora sé que daría la vida por ellos, tú a lo mejor no lo entiendes porque no has sido madre, y porque como veo, antes compartías la casa con ellos y te sentías una parte fundamental de esa familia, pero lo debes seguir siendo igual. Ahora tus dueños, son tres, y esa pequeña de la que hablas, algún día, no muy lejano, te querrá como nadie, jugará contigo, ella será la que te dará las chuches, y la que más caricias te dedicará... Entiende que el cariño que ellos sienten por su hija, es diferente al que sienten por ti, pero tú sigues en el mismo lugar de sus corazones...
Me despedí de mi nueva amiga, pues me entraron al baño, pero me fui pensando en sus palabras. Al llegar a casa, miré de un modo diferente a la pequeña, y me acerqué a ella sin miedo, me sorprendió ver que ella, tan chiquitita, no me temía a mí para nada, me quería tocar, con cariño, con inocencia, con dulzura..., y comprendí, que todo este tiempo, había estado equivocada.
Desde entonces, todo ha ido mucho mejor, y no porque Nayara aveces me traiga trocitos de comida sin que nadie se entere, que luego pensarán que yo me hago amiga de las personas por lo que me conviene..., no, porque he entendido la trascendencia que para Inma y David ha tenido la llegada de la pequeña, y yo, aunque he tardado, lo he asumido.
Prometo contaros más cosas a partir de ahora de mis aventuras junto a Nayara, que os aseguro, serán muchas!

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